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              en la   performance de cada jugador de golf 
              
                El Golf es uno de los deportes con más   crecimiento en popularidad en las últimas décadas.              En nuestro país asciende por   encima de los 55.000 aficionados. Las cifras hablan por sí solas: hay más de 150 escuelas y canchas desde Jujuy a   Tierra del Fuego, y con el sustento de  grandes conquistas de esfuerzos   personales forjados en el trabajo, el golf va perdiendo esa suerte de imagen de   un deporte para gente mayor y de clases sociales altas y comienza a tener mayor   arraigo en la sociedad en conjunto.
                
Para tener éxito en este  juego   además de la nueva tecnología en el equipo de golf, es necesario que el golfista   tenga la capacidad de enfrentar las demandas físicas que este deporte conlleva. El golf es un deporte muy especifico y el   tipo de entrenamiento, tanto técnico como físico, tendrá que   ser muy específico.
                Para poder realizar un Swing efectivo, se   requiere de fuerza, resistencia, flexibilidad y habilidad de los músculos que   ejercen la rotación del torso. Tanto la fuerza del antebrazo, como la   flexibilidad de la cadera y la espalda son atributos físicos claves para ejercer   el movimiento del swing y no son desarrollados tan solo practicando el   movimiento, se necesita de un entrenamiento funcional específicamente diseñado para lograrlo   disminuyendo así la probabilidad de una lesión.
  Con frecuencia se asume que el golf es un 
deporte libre de lesiones. Aunque los   golfistas no experimentan lesiones traumáticas (tales como las observadas en otros deportes como el fútbol), las lesiones pueden producirse debido a la naturaleza   repetitiva del swing de golf. Las lesiones en la espalda lumbar son comunes   tanto entre los golfistas profesionales como entre los golfistas amateurs. 
  Los golfistas   profesionales realizan hasta 2000 swings por semana (durante    prácticas y durante las competencias), con lo cual se puede apreciar el potencial lesivo, a partir del sobreuso unilateral repetitivo de la rotación del tronco. Muchas de estas lesiones  son   generadas por la poca capacidad de mantener un alineamiento  de la columna vertebral en el   momento del swing causando así presión y estrés en otros grupos musculares como   lo son las caderas, rodillas, hombros y tronco compensando así el esfuerzo   ejercido en el swing. Los golfistas profesionales y amateurs pueden reducir el riesgo de lesión de la   espalda lumbar mejorando la mecánica del swing y participando en un programa de   entrenamiento funcioanl de la fuerza específicamente diseñado para golfistas.
              Mejorá tu juego, mejorá tu handicap y estarás más motivado que   nunca para jugar al Golf!.
              
              
              
                
              
              
              
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